Ventajas de la comunicación IoT con satélites en la Agricultura Inteligente

Tradicionalmente, los agricultores se han basado en su intuición y experiencia para llevar a cabo las distintas tareas del campo siguiendo un calendario predefinido. Hoy en día la gran cantidad de información, la precisión y la inmediatez de los datos procedentes de las conexiones IoT permiten anteponerse al futuro y tomar las mejores decisiones en cada momento del cultivo siempre basándose en datos precisos, reales y actualizados.

Como explicábamos en nuestro artículo ¿Qué es la agricultura inteligente? ¿Cómo podemos ponerla en práctica en áreas sin cobertura móvil?, la agricultura inteligente es la aplicación de tecnologías de información y datos, basadas en comunicación IoT, para optimizar sistemas agrícolas complejos que involucran máquinas individuales y todas las operaciones agrícolas.

Actualmente, las redes móviles cubren sólo el 20% del planeta. Esto indica que el 80% de la Tierra no tiene cobertura móvil y, por lo tanto, no tiene acceso a Internet. Entonces, ¿cómo podemos poner en práctica la agricultura inteligente y la comunicación IoT en estas zonas remotas? Gracias al surgimiento de los picosatélites, que ofrecen conectividad IoT en zonas remotas, a un coste y tiempo de desarrollo altamente inferiores que el resto de las soluciones existentes.

Pero ¿qué ventajas reales podemos obtener al implementar esta conectividad IoT mediante picosatélites?

Una mayor productividad y rentabilidad

Hoy en día, es vital maximizar la rentabilidad y el rendimiento de los recursos. Las nuevas herramientas hacen posible la recogida, seguimiento y análisis de datos en tiempo real que nos permiten tomar mejores decisiones día a día para optimizar nuestros resultados. Esto está permitiendo mejorar la producción al proporcionar información sobre qué tipo de cultivo es mas rentable plantar, en que fecha exacta y en que terreno concreto o que cantidad exacta de agua y fertilizante precisará dicho cultivo.

Además, el nivel de precisión de pronóstico y ejecución que ofrece la comunicación IoT es también un factor que afecta a la productividad de los cultivos. Cuanto mayor es el nivel de precisión de las previsiones o comportamientos, mayores serán las posibilidades de sacar el máximo rendimiento a una explotación.

Una mejor conservación de los recursos

La correcta distribución del regadío ha sido un desafío que resolver que exigía amplios conocimientos técnicos y el dominio de datos sobre sistemas de cosecha y de riego complejos.

Con la llegada de la tecnología IoT y su combinación con los sistemas de monitoreo de suelo, los agricultores pueden medir la humedad, detectar fugas y administrar de manera más eficiente el uso del agua en cada aplicación, y todo en tiempo real. O lo que es lo mismo, gestionar de manera eficiente el suministro limitado de agua con menos desperdicio de los recursos hídricos.

Los estudios indican que el uso extendido de las nuevas herramientas y el IoT en la agricultura podría llegar a conservar 200 mil millones de litros de agua dulce en el mundo al año.

Un mejor control de catástrofes y plagas

Las enfermedades, plagas y las propias condiciones meteorológicas convierten la agricultura en un negocio de altísimo riesgo. Todos los años se producen casos de cosechas perdidas totalmente por sequías, nevadas o lluvias torrenciales.

Mediante la recogida de datos y el uso de analítica predictiva, los agricultores pueden anticiparse al futuro con la toma de decisiones oportunas para, al menos, poder reducir el impacto ante posibles catástrofes.

Además, los sensores conectados vía satélite ya hacen posible a los agricultores un mejor seguimiento y control de la población de plagas. Este es el caso de algunas redes de sensores inalámbricas instaladas, en zonas remotas, que monitorean el recuento de plagas y cuando detectan que la población de la plaga es demasiado alta, activan automáticamente un sistema de liberación de feromonas que altera los patrones de apareamiento de las plagas.

Técnicas como estas están reduciendo al mínimo, y en algunos casos reemplazando completamente, el uso de pesticidas, lo que favorece enormemente las tendencias del mercado de consumo, que cada vez demanda más el consumo de alimentos naturales y un uso más reducido de estos productos.

Una mayor seguridad en los procesos

La agricultura inteligente también esta teniendo sus beneficios en diferentes niveles del área de la salud y conservación de alimentos como el almacenamiento, el transporte, etc.

Actualmente se están utilizando diversos sensores y herramientas de seguimiento para la monitorización y control de factores como el tiempo de envío o la temperatura de almacenamiento, que permiten garantizar la seguridad y la calidad alimentaria en todas las fases del proceso agrícola.

Ya desde la fase de producción, las soluciones IoT están ayudando a los agricultores a obtener información precisa sobre la salud de cultivos, que de otra manera podrían ser difíciles de rastrear y analizar.

Una logística más inteligente

Más del 40% del total de los alimentos producidos en todo el mundo se pierde cada año, y más del 20% de esto es debido a desperdicios relacionados con el transporte y almacenamiento.

Estas pérdidas pueden producirse en diversos puntos de la cadena de suministro agrícola, ya sea debido a los retrasos en el transporte, por un almacenamiento inadecuado o durante otras muchas etapas, desde la producción hasta la distribución. De hecho, el desperdicio es posiblemente un problema mayor para el sector que la baja productividad, ya que indica una pérdida de todo el tiempo y recursos invertidos en las primeras etapas de producción.

El uso del IoT y la comunicación M2M para supervisar y realizar el seguimiento del transporte de productos agrícolas a través de flotas, cargueros y barcos de pesca ofrece soluciones efectivas a este problema.

La agricultura inteligente, la agricultura del futuro, es aquella que hace uso de los avances tecnológicos y de la conectividad IoT para, en definitiva, mejorar los niveles de producción con el menor uso posible de terreno, agua, fertilizantes y mano de obra, optimizando su actividad y los recursos disponibles en la tierra.

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