Qué es y para qué sirve un nanosatélite

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junio 3, 2025

La exploración y el uso del espacio ya no son exclusivos de agencias gubernamentales. Gracias a los avances tecnológicos en miniaturización y electrónica, pequeñas y medianas empresas, universidades o gobiernos locales también pueden acceder a tecnologías espaciales a un coste más asequible.

En este contexto, los nanosatélites están liderando una revolución en la tecnología espacial. Estos pequeños dispositivos orbitan la Tierra ofreciendo soluciones eficientes y escalables para sectores como el agrícola, energético o medioambiental. En este artículo te explicamos qué es un nanosatélite, cuáles son sus funciones y cómo se lanza y opera en órbita, con el objetivo de mostrar su importancia en la construcción de una infraestructura espacial accesible y flexible.

¿Qué es un nanosatélite?

Un nanosatélite es un satélite artificial de pequeñas dimensiones, con un peso comprendido entre 1 y 10 kilogramos. A pesar de su tamaño compacto, está equipado con todos los sistemas necesarios para cumplir sus funciones y operar de manera autónoma en el espacio: fuente de alimentación, sistema de comunicaciones, unidades de control, sensores… y, en muchos casos, también capacidad para realizar tareas de observación o recogida de datos.

Existen diferentes tipos de clasificación de satélites pequeños según su masa. En el caso de los nanosatélites, lo habitual es que se enmarquen dentro de la categoría CubeSat, un estándar que establece la construcción de módulos de 10x10x10 cm (1U), que pueden combinarse para crear unidades más complejas (3U, 6U…).

La clave de su éxito reside en su eficiencia operativa y la reducción de costes. Frente a los grandes satélites tradicionales, que requieren años de desarrollo e inversiones millonarias, los nanosatélites se pueden diseñar, construir y lanzar en ciclos mucho más rápidos y asequibles. Esto abre la puerta a modelos de negocio ágiles y a la adopción de soluciones espaciales por parte de nuevos actores.

Funciones de un nanosatélite

Los nanosatélites destacan por su gran versatilidad, lo que les permite adaptarse a múltiples funciones, tanto en el ámbito civil como en el comercial o industrial. Algunas de sus aplicaciones más relevantes son:

Comunicación y conectividad IoT

Actualmente, existe una creciente demanda de conectividad para dispositivos IoT (Internet of Things). Gracias a los nanosatélites en órbita baja, es posible ofrecer cobertura en zonas remotas donde no llega la red terrestre, permitiendo el envío y recepción de datos entre sensores y plataformas digitales. Esta capacidad es especialmente útil en sectores como la agricultura de precisión, la minería o el transporte marítimo.

Si quieres profundizar más sobre esta función, en nuestro artículo el papel de los nanosatélites en la revolución IoT encontrarás toda la información necesaria.

Observación de la Tierra

Los nanosatélites pueden equiparse con sensores ópticos o infrarrojos y algunos son capaces de capturar imágenes de la superficie terrestre. Esto permite aplicaciones como la detección de cambios en el uso del suelo, el análisis de cultivos o la gestión de emergencias.

Monitorización ambiental

Equipados con sensores específicos para medir parámetros como la calidad del aire, la temperatura o la humedad, los nanosatélites se convierten en herramientas clave en proyectos de investigación climática o para controlar el impacto de las actividades humanas sobre el medioambiente.

Educación e investigación científica

Gracias a su bajo coste, los nanosatélites se han convertido en una herramienta pedagógica de alto valor para universidades y centros de investigación. Actualmente, estas instituciones pueden diseñar sus propias misiones espaciales como parte de programas formativos o experimentales.

Defensa y seguridad

En el ámbito gubernamental, los nanosatélites se están utilizando para tareas de vigilancia estratégica, comunicaciones seguras y detección de amenazas, especialmente en misiones que requieren una infraestructura ágil y adaptable, en contraposición a los satélites tradicionales.

Cómo se lanzan y operan en órbita

El proceso de lanzar un nanosatélite al espacio y mantenerlo operativo conlleva varias fases, cada una con sus propios desafíos técnicos y estratégicos.

Diseño y desarrollo

Todo comienza con la planificación de la misión y la selección de los componentes electrónicos, sensores y materiales. En esta fase se priorizan aspectos como el peso, la eficiencia energética y la capacidad de comunicación.

Integración y pruebas

Antes del lanzamiento, es necesario someter a los nanosatélites a rigurosas pruebas que confirmen su resistencia a las condiciones extremas del espacio. Estas se realizan en entornos controlados que simulan las condiciones orbitales.

Lanzamiento

Gracias a su tamaño y peso reducidos, los nanosatélites pueden lanzarse como cargas secundarias en cohetes comerciales que transportan otros satélites de mayor tamaño. También existen plataformas especializadas que ofrecen lanzamientos compartidos, lo que reduce los costes y facilita su puesta en órbita. Una vez liberado, el nanosatélite se despliega y se activa automáticamente para iniciar sus funciones.

Operación en órbita

Durante su vida útil, que suele estar entre 1 y 5 años, el nanosatélite ejecuta su misión mediante comandos enviados desde una estación terrestre. Estas órdenes pueden implicar la recolección y transmisión de datos, la toma de imágenes o la ejecución de tareas específicas según los objetivos de la misión.

Gracias a las órbitas bajas (LEO, por sus siglas en inglés), el retardo en las comunicaciones es mínimo y el control más ágil. Esto permite adaptar las operaciones rápidamente según las necesidades del momento.Para gestionar este tipo de misiones de forma eficiente y con soberanía tecnológica, es fundamental contar con una infraestructura espacial dedicada que permita escalar las soluciones a medida que el proyecto crece.

Pequeños satélites, grandes soluciones

Sin duda, los nanosatélites están transformando el acceso al espacio y democratizando el uso de tecnologías espaciales que antes eran exclusivas de grandes corporaciones o instituciones gubernamentales. Gracias a su bajo coste, flexibilidad y múltiples aplicaciones, se han consolidado como una herramienta esencial en la nueva economía espacial.

Desde la conectividad IoT hasta la monitorización ambiental, las aplicaciones de los nanosatélites son fundamentales para avanzar hacia un futuro más conectado, sostenible e inteligente. En FOSSA Systems, lideramos este cambio con soluciones de infraestructura espacial que permiten a empresas e instituciones aprovechar todo el potencial del espacio con eficiencia, autonomía y respeto por el entorno.¿Te gustaría saber cómo puede ayudarte una constelación de nanosatélites adaptada a tus necesidades? Contáctanos hoy mismo y diseñaremos una solución a medida para tu proyecto.