Asociación FOSSA Ad Astra

La industria espacial ha sido durante mucho tiempo un mercado monopolizado reservado a la Defensa, las organizaciones gubernamentales y los gigantes de las telecomunicaciones privadas. Los costes de desarrollo y operaciones de estos inmensos satélites han costado típicamente cientos de millones, y la duración de los proyectos es de varias décadas.

El surgimiento del llamado paradigma NewSpace, apoyado principalmente por empresas privadas que desarrollan satélites más pequeños basados en COTS, ha planteado un acceso al espacio menos costoso y más rápido que nunca. No obstante, desarrollar y operar un satélite aún está fuera del alcance de la mayoría de las empresas existentes.

Esta situación hizo que a un joven, de La Línea de la Concepción (Cádiz), le picara la curiosidad y quisiera plantear una solución a la sociedad. Julián Fernández empezó desde muy joven a interesarse por el mundo aeroespacial, pero fue en 2018 cuando se adentró de lleno en el mercado de los picosatélites.

Mediante una campaña de crowdfunding en Reddit, Julián consiguió el dinero suficiente para desarrollar, desde cero, el primer picosatélite español que, junto con la ayuda de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid y la empresa española Everis, consiguió poner en órbita en diciembre de 2019.

El surgimiento de este proyecto provocó que, en enero de 2019, Julián y otros dos jóvenes, Richard Bamford (Inglaterra) y Jan Gromes (República Checa), formasen la asociación juvenil sin ánimo de lucro FOSSA Systems, asociación que posteriormente daría paso a la organización FOSSA Systems S.L.